Es
una película de Christophe Barratier, producida en Francia y Suiza
en 2004.
La
historia se desarrolla en 1949, en un internado francés de
reeducación de menores. El director de este centro, Rachin, usa un
sistema educativo demasiado represivo sobre los alumnos y aun así no
consigue mantener la autoridad sobre los más problemáticos.
Clément
Mathieu, profesor de música en paro, llega al centro para trabajar
como vigilante. Tras su llegada al centro comienza a ver el sistema
educativo que utiliza el director y la conducta que tienen los
alumnos, y no está de acuerdo con los métodos que se utilizan. Tras
esto, Mathieu, intenta ganarse a los alumnos y empieza a darse cuenta
de que la música los atrae poderosamente y va consiguiendo cambiar
sus conductas a través del canto.
Descubre
que entre los alumnos hay grandes voces y monta una obra con ellos
que hace que sus vidas se transformen para siempre.
Para
quien no haya visto la película, aquí os dejo el tráiler:
En
la película Mathieu utiliza la imaginación y el arte para cambiar
la conducta de los alumnos; ya que con la imaginación somos capaces
de anticiparnos a lo dado, y también capaces de elaborar nuevas y
distintas visiones y posibilidades, el imaginó que la música era
una posibilidad de hacerles cambiar. Ya que el ser humano, es un
animal capaz de imaginar y crear fantasías porque es un animal con
una hiperfunción cerebral y mental, por la que se llena de imágenes
y fantasmagorías, de las que surge un rebosante “mundo interior”.
A ello se debe precisamente que tenga tantas cosas que decir y que
hacer, y por eso necesita el lenguaje y las producciones artísticas;
el primero, porque mediante él expresa lo que las palabras y sus
reglas permiten decir; y las segundas, porque le ayudan a contemplar
y a expresar la belleza en cualquiera de sus manifestaciones.
Los
alumnos a través de la música empezaron a descubrir y expresar sus
sentimientos, y comenzaron a vivir una experiencia estética, que se
trata del encuentro que el ser humano tiene con la realidad, es
decir, consiste en captar la belleza que el arte y la naturaleza nos
proporciona. El arte está directamente relacionado con nuestra
capacidad de sentir y de simbolizar la realidad y constituye, por
tanto, una forma más de comunicación humana, que no sustituye al
lenguaje, sino que lo complementa, ya que hace posible la expresión
de la belleza más allá de las palabras.
Una
de las características de la experiencia estética es que
transforma la visión de la realidad, haciendo que el mundo parezca
más liviano y la vida más llevadera; a través de ella se descubre
un nuevo sentido de las cosas. Por tanto, los alumnos con esa
experiencia estética que les da la música y el arte empiezan a
cambiar sus conductas, y esto, permite a Mathieu demostrarle al
director, Rachin, que no hace falta utilizar esos métodos tan
estrictos, sino que imaginando y creando nuevas posibilidades se
puede cambiar el sentido de las cosas.
Carmen
Durán Márquez - 1ºBachillerato HCS
No hay comentarios:
Publicar un comentario